En esta sesión nos centramos en la determinación de la textura a través de otro método, lo que nos permitió continuar investigando y comparando resultados con los obtenidos en la práctica anterior. Consistía en colocar una cierta cantidad de cada muestra de suelo (ya tratada, es decir, a las que se es había previamente eliminado la fracción gruesa) en una probeta; a continuación se les añadía una cantidad de agua que cubriese la muestra, se agitaba y se dejaba decantar... al cabo de la horas, incluso días, pudimos observar como la muestra de suelo se separaba en sus tres fracciones: arena, limo y arcilla, de abajo a arriba, respectivamente. A "ojímetro" calculamos los porcentajes relativos de cada una de las fracciones anteriores y finalmente trasladamos esos resultados al "Triángulo Textural de suelos", que tuvimos que interpretar, el cual nos proporcionaba la información más certera de qué tipo de textura presentaba cada muestra de suelo. Además, esta misma práct
La que se muestra a continuación es de las últimas prácticas realizadas; consistió en preparar un sistema de filtración casero (mediante botellas recicladas, que agujereamos para que nos sirviera de filtro, vasos de precipitados y una disolución preparada de sulfato de cobre), en el que dispondríamos cada muestra y por el que posteriormente haríamos pasar un cierto volumen de la disolución de sulfato. Como el sulfato muestra un color azul... si el suelo tiene mayor o menor capacidad de retención de nutrientes la mencionada disolución nos permitirá valorar cualitativamente cuál de las muestras presenta mayor capacidad de retención de nutrientes (si el filtrado ha perdido bastante su color azul inicial) y cual menor (la que mantiene casi intacto el color azul) tras filtrarse a través de la muestra. Así pues, realizamos la práctica en cuestión y al margen podéis ir viendo alguna de las imágenes obtenidas en orden cronológico y que permitieron, al alumnado, sacar unas conclusiones al respecto.
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